Tu casa no necesita ser perfecta. Solo necesita parecerse a ti. La verdadera decoración no empieza con una tendencia, sino con una emoción.
Muchas veces creemos que decorar es simplemente poner cosas bonitas en su lugar. Pero decorar con propósito va más allá: es transformar tu hogar en un reflejo de lo que eres, de lo que sueñas, de lo que quieres sentir cada vez que entras por la puerta.
Un hogar con alma no se construye con lo que ves en redes. Se construye con detalles que te conectan contigo misma. Con fotos que te hacen sonreír. Con plantas que cuidas como símbolos de vida. Con colores que te calman o te inspiran.
Porque sí, el espacio que habitas influye en tu energía. Y tú mereces vivir en un lugar que te abrace.
¿Cómo decorar con intención?
- Pregúntate cómo quieres sentirte en casa. ¿En paz? ¿alegre? ¿creativa? Luego elige colores, texturas y objetos que evoquen eso.
- Rescata piezas con valor emocional. No necesitas comprarlo todo nuevo. A veces, un cojín heredado, una taza especial o una lámpara vintage cuentan más que cualquier tendencia.
- Elimina el exceso. No para vivir con rigidez, sino para dar espacio a lo que importa.
- Haz de al menos un rincón tu santuario. Un espacio solo para ti: para leer, meditar, escribir o simplemente respirar.
“No tienes que tener la casa ideal. Tienes que tener un hogar que hable tu idioma.”
