COMO CONTROLAR EL ESTRÉS

No podemos negar que todos sentimos de vez en cuando los efectos del estrés, independientemente de nuestra personalidad o estilo de vida.

Para un gran número de personas, especialmente para aquellas con un temperamento fácilmente excitable, el controlar el estrés puede ser un problema de difícil solución, que puede tener efectos negativos y peligrosos.

En algún punto, el trabajo que realizamos puede causarnos estrés, aun cuando disfrutamos lo que hacemos. Situaciones como exceso de trabajo, bajo salario, pocas oportunidades de crecimiento, no poder controlar decisiones necesarias dentro de las actividades laborales, etc.

Prevenir y aprender a manejar el estrés puede disminuir el riesgo de enfermedades.

Formas de manejar el estrés:

  • Planear las actividades o tareas con tiempo.
  • Organizar las tareas en orden de importancia.
  • Prepararse para eventos estresantes.
  • Aprender a identificar cuando se está estresado.
  • Tomando tiempo para relajarse.
  • Practicando algún tipo de actividad y comiendo saludablemente.
  • Buscar soluciones a los problemas existentes.
  • Hablando con alguien, una amiga, esposo, familia.

Identifica si estás estresada por la forma de sentirte:

  • Estas preocupada.
  • Enojada.
  • Irritable.
  • Deprimida.
  • No te concentras.

El estrés también afecta tu cuerpo:

  • Dolor de cabeza.
  • No duermes bien.
  • Malestar estomacal.
  • Subir o bajar de peso.
  • Tensión muscular.

Aprender a manejar el estrés tiene sus beneficios:

  • Dormir mejor.
  • Habilidad para controlar el peso.
  • Estar de buen ánimo.
  • Llevarse bien con amigos y familiares.
  • Controlar expectativas.
  • Organizar metas.

Las expectativas irreales, tanto en nuestra vida personal como laboral, pueden provocar un estrés que no necesitamos. Manejando el estrés podemos, indudablemente, vivir mejor.

Cuando establezcas metas personales asegúrate de que estas sean alcanzables, que tengan sentido, de otra forma no podrán lograrse y el estrés, inevitablemente, llegará a robarse el tiempo y el buen ánimo que necesitas para desempeñar otros roles, como compartir con la familia, por ejemplo.

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