Casi todos hemos experimentado alguna vez celos, bien sea porque tenemos miedo de perder esa persona que amamos, por temor a la infidelidad, porque somos inseguras, o por cualquier otra razón, lo cierto es que los celos, por lo general, forman parte de una relación. Dependiendo de las circunstancias, los celos pueden considerarse sanos o enfermizos.
Los celos son emociones que experimenta el ser humano y pueden ser infundidos por la falta de autoestima, la personalidad, el carácter, el medio en que crecimos, el estar seguros de la pareja, etc. Aunque la mayoría de las personas podemos experimentar celos en algún momento, las personas narcisistas, con baja autoestima, posesivos y en algunos casos, las personas introvertidas, son más susceptibles a sufrir de celos incontrolables.
Los celos, como nos damos cuenta, varían de una persona a otra, así como de las circunstancias, por ejemplo, existen personas a las que les gusta ser celadas, porque según ellos, es una demostración de amor, hay otros que les gusta celar porque es una forma de controlar a su pareja, y eso les da seguridad.
Cualesquiera que sean las circunstancias y las emociones que lleven a una persona a sentir o demostrar celos, lo importante es reconocer si son sanos o enfermizos. Recuerda que los celos enfermizos pueden llevar a una persona a cometer actos de violencia, así como abusos psicológicos y físicos. Cuando esto ocurre la relación no se considera sana y empiezan los traumas, se pierde estabilidad emocional, la relación como tal se debilita, se pierde el respeto y la comunicación.
Concluyamos diciendo que los celos en pequeñas proporciones y bien manejados son saludables, contrario a los enfermizos, que pueden llevar a destruir la relación. Cuando se sufre de este tipo de celos, es mejor buscar ayuda profesional; trabajar en la autoestima puede ayudar mucho, así como realizar actividades que te mantengan ocupada, practicar algún tipo de deporte, participar en actividades comunitarias, ir a la iglesia, etc.
No olvides que todo está en nuestra mente, aunque algunas situaciones sean difíciles de controlar, nuestra mente y lo que en ella se genere, depende únicamente de nosotros. Ámate y acéptate como eres, tú eres una mujer valiosa y especial y eso te hace única. No importa cuantas mujeres hermosas existan o estén a tu alrededor, tú eres única y con eso, ya ganaste cualquier batalla.