Cualquier momento es bueno para alcanzar nuestras metas y logros. El tiempo que dediquemos a evaluar nuestro esfuerzo y dedicación nos ayuda a reflexionar y analizar si estamos siguiendo la ruta adecuada.
Es muy fácil desarrollar una idea, verla crecer en nuestra mente, soñar que logramos realizarla y disfrutar los resultados. Sin embargo, nuestra idea puede quedarse solo en sueños si no buscamos la forma de hacerla realidad a través de la acción.
Cuando hacemos algo repetidamente, se nos convierte en hábito, sobre todo, si es algo que nos agrada hacer, aunque el hecho de ser agradable no significa que sea bueno, esto significa que existen malos hábitos que nosotros mismos creamos y nos impiden desarrollar o alcanzar nuestros objetivos en la vida. Es crucial ser capaces de controlar o suplantar esos hábitos malos por otros buenos que nos permitan llegar a nuestra meta.
¿Pero, de qué manera podemos suplantar esos hábitos?
Recordemos que un hábito es una conducta que se repiten regularmente y tiende a ocurrir inconscientemente, esta conducta eventualmente empieza a formar parte de las actividades diarias.
Miremos algunos hábitos que practicamos diariamente:
- Ir al gimnasio tres veces por semana.
- Lavarse los dientes después de cada comida.
- Tomar un vaso de agua antes de ir a la cama.
- Almorzar con tu mejor amiga una vez al mes, etc.
Ahora miremos otro tipo de hábitos:
- Ver televisión todo el fin de semana.
- Pasar horas en el celular conversando con las amigas o viendo videos.
- Fumar un cigarrillo cada día después de cada comida.
- No terminar las cosas o trabajos pendientes, etc.
Podemos ver que todas esas actividades no son conductas naturales, son conductas aprendidas a través de las repeticiones. ¿Cuál es el punto? Identificar qué tipo de conducta estamos repitiendo y de qué manera nos está impidiendo lograr lo que deseamos. La resolución entonces es fácil, solo se debe reemplazar los malos o innecesarios hábitos por los buenos y necesarios. El mantener una disciplina que te permita terminar tus proyectos es un buen habito que te estará llevando por el camino correcto.
Realmente el cambiar los hábitos es cuestión de actitud y decisión, es decidir que deseas y disciplinarte para caminar en esa dirección. Todo lo que nuestra mente conciba podemos hacer, entonces, depende única y exclusivamente de ti el dónde estás ahora y en dónde quieres estar mañana. No aceptes que tus malos hábitos definan tu futuro.
Si estas confundida en cuanto a tu poder decisivo o en la realización de tus metas, envíanos un email para una orientación gratis a info@olivialambragno.com